Había una vez un ratoncito que le gustaba mucho balancearse en su pequeño columpio, un día estaba tan tranquilo en su casita balanceándose hasta que unos ratones grandes y malos intentaron entrar a su casa, pero eran tan grandes que no podían entrar. El ratoncito entro en pánico y salió corriendo en busca de ayuda de sus amigos, y con suerte los ratones malos no le vieron. Mientras el ratoncito iba en busca de sus amigos los ratones malos fueron destrozando su casa para poder entrar y quitarle su columpio. El ratoncito era tan rápido que enseguida encontró a todos sus amigos y juntos fueron a su casa para detener a los ratones. Cuando llegaron la casa estaba casi destrozada pero consiguieron espantar a los ratones. Los ratones malos nunca volvieron a intentar destrozar su casa ni ninguna otra. El ratoncito reconstruyo su casa con ayuda de sus amigos. Todos los ratones fueron felices para siempre y el ratoncito siguió balanceándose.
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